«El objetivo de mi técnica no es liberarse de tensiones, sino reorganizarlas haciendo una fuente de energía y de satisfacción»
Fedrerick Mathias Alexander
Algunos beneficios que expresaron mis alumnos:
Te sientes relajado y despierto a la vez.
Ya no me afectan tanto las cosas, me enfado menos.
Aumenta el control sobre uno mismo y te hace sentir más seguro.
Te da más presencia y disminuye el miedo escénico.
Me permito descansar en los momentos de descanso.
Puedo tocar el piano durante horas y no sentir dolor.
Soy más sensible a los mensajes de mi cuerpo; y ya no estoy cómodo apoltronado en mi sofá.
¡He descubierto que si me agacho bien no duele!
Ya no camino mirando el suelo, así que no me pierdo detalle.
Ya no me aburro cuando estoy esperando el autobús: ahora puedo pensar en mis direcciones y me canso menos cuando estoy de pie.
Ya no uso el aparato para las contracturas y ¡hasta se me caducan los analgésicos!
Estoy contenta porque el otro día toqué durante toda una opera y no me apareció el dolor en el hombro.
En clase, ya no me ponen tan nervioso los alumnos y cuando quiero que me escuchen, en vez de gritarles, paro y pongo en práctica mis direcciones Alexander… y ellos en seguida se calman.
Me levanto más contenta por las mañanas: me siento como si estuviera capacitada para enfrentarme a todo, ya sea bueno o malo.